Universalidad y contingencia

Descripción

No son pocos los autores que nos dicen que las distintas prácticas ascéticas (a pesar de los contextos culturales, históricos, religiosos y míticos en los que aparecen) son, comparativamente, semejantes y uniformes. Si esto es así, entonces la justificación que importa en relación con el éxito en la aplicación de las prácticas técnicas no está en las creencias o en los contenidos a los que, circunstancialmente, las técnicas se adhieren. Lo que cuenta son los esquemas funcionales, vacíos y ahistóricos, donde la efectividad de la práctica ascética estaría en las relaciones causales manipulables, externas, siempre, a cualquier creencia contingente con la que la técnica se pueda encontrar, y a la que usa instrumentalmente. De esta manera, y con las mismas prácticas ascéticas, se puede construir un santo, un guerrero, un deportista, un empresario. En otras palabras, la técnica es la parte autónoma de toda práctica de sí. Lo constante, entonces, o lo invariante, son las técnicas, y no las creencias. Lo universal es la técnica, y lo contingente es la creencia. Este es el tema del primer estudio de este libro. Y aquí se inicia un camino. Concretamente, el examen de las técnicas de sí (“ejercicios espirituales”, en el lenguaje tradicional) desde la filosofía de la técnica. En este ámbito, está todo por hacer. Por el momento, la filosofía de la técnica no piensa a las técnicas de sí como un objeto propio de estudio. En consecuencia, este primer título debe tomarse como un trabajo exploratorio, y, por ello, como un punto de partida para investigaciones más extensas. El segundo estudio sirve como contraparte, y continuación, del primero; y en este sentido es importante que los dos, físicamente, aparezcan juntos. Uno trata sobre la universalidad del grueso de las técnicas de sí; el otro, sobre el carácter contingente de otras técnicas. Porque hay otro tipo de técnicas donde no encontramos la universalidad vacía, funcional, de los ejercicios que examinamos en el primer estudio. Lo que tenemos, en cambio, son prácticas de sí propias de una filosofía, y sólo de esa filosofía. A esas técnicas le son inherentes un contenido, y ese contenido (en el caso particular del segundo estudio) es el de la filosofía escéptica. Y en este sentido, las técnicas no son universales, sino contingentes.