Descripción
“¡Libertad, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, exclamó camino de la guillotina, durante los días de terror de la Revolución francesa, Madame Roland, una de sus líderes.
Hoy, cuando sectores herederos ideológicos de la Dictadura amenazan la Democracia y los Derechos Humanos y de los trabajadores enarbolando la bandera de la libertad, la exclamación de Madame Roland cobra dramática vigencia.
Pero esta bandera que agitan los ultraliberales ¿es la verdadera bandera de la libertad de los ciudadanos o es solo un trapo engañoso que habla de la libertad de mercado convirtiendo al ciudadano en consumidor y llevando a la sociedad a su autodestrucción?
¿Es la libertad, como dicen los liberales, un don natural ante el cual ninguna voluntad puede oponerse y somete a los individuos al imperio de la ley del más fuerte o, por el contrario, un marco de convivencia social surgido de leyes acordadas entre mujeres y hombres libres?
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